En la City

Por fin estamos en la City. Ah0ra mismo estamos en Wall Street, codeándonos con los brokers, en una especie de Public Hall, que es un espacio de un edificio, donde puedes acampar libremente en sus mesas para comer, navegar por internet (wifi gratis, por supuesto), etc.
Llegamos ayer a eso de las 16, y pasamos inmigración con la gorra (tanto miedo para nada).
En cuanto llegamos al hotel , dejamos las maletas, y a ver Times Square, lleno de luces por todos lados. La verdad es que parece que estás continuamente paseando por los escenarios de alguna peli.
Marquito, sufriendo su jet lag (bueno, la verdad es que lo hemos sufrido nosotros), se ha levantad0 a las 5 de la mañana, asi que hemos tenido que madrugar todos. Hoy tocaba dowtown, y hemos visitado Trinity Churh, Wall Street, el City Clerk (que mañana os contaremos con más detalles lo que es), etc, y ahora vamos a coger el ferry para ver la Estatua de la Libertad, después cruzar el Puente de Brooklin para ver atardecer desde el otro lado, y poder disfrutar de las vistas de Mahattan de noche.
En resumen, que estamos los tres muy bien y cuando podamos, seguiremos contando historietas.

New York City

Y después de siglos habiendo abandonado el blog, volvemos a la carga para poder informar ,a todo aquel que le interese, de la próxima aventura: New York City. Vale, ya sé que no tiene mucho de especial si lo comparamos con otros viajes que hemos hecho (Vietnam, Costa Rica, Cuba, Gambia, etc), pero hay una sutil diferencia: esta vez nos llevamos al TORRETE. Afrontamos el reto con ilusión (le enseñamos fotos de NY para que identifique alli edificios, monumentos, etc), pero también con algo de miedo (demasiadas horas de avión, mucho cansancio, etc).
Pero bueno, tarde o temprano había que probar para poder empezar a llevárnoslo a todos los viajes, y que mejor escapada, que una gran ciudad (a la que quizá está más acostumbrado que a sitios como China, Nepal, India, sitios a los que tarde o temprano le llevaremos).

En fin, que a partir del día 11 estaremos por allí y en cuanto podamos, iremos escribiendo.

La fuente de la vida

Paseábamos por Budapest, a unas pocas horas de coger el avión que nos volvería a traer a Madrid cuando descubrimos un lugar un tanto extraño y pintoresco. A priori era una turistada pero como no nos daba mucho tiempo a más y durante esos pocos días que duró la escapada ya nos pateamos toda la ciudad de Budapest, decidimos entrar.
Se trataba de un laberinto que discurre por debajo de todo al barrio del Palacio Real, y que en la época en la que éste estaba habitado, servía de refugio así como de conexión entre algunas zonas del barrio.
Caminamos un buen rato entre las grutas que dibujaban el laberinto, a menudo teniendo que volver sobre nuestras pisadas por llegar a un punto sin salida alguna. Al salir de una pequeña oquedad, se nos abrió ante nosotros una amplia estancia con una fuente en el centro.
La fuente tenía 4 chorros y la sorpresa vino al acercanos a ella y descrubir que de cada uno de los chorros caía vino. Nuestro escepticismo nos hizo pensar que no sería vino sino agua coloreada por lo que decidimos probarlo (tampoco había indicaciones de no hacerlo). Efectivamente era vino, aunque, eso sí, con un gran porcentaje de agua también, lo que te frenaba el impulso de quedarte allí saboreando todo el vino que quisieras hasta caer borracho como una cuba.
La historia resultó cuanto menos graciosa y anecdótica y el laberinto "turístico" una agradable última sorpresa antes de volver a casa.